Saltar al contenido

El aprendizaje híbrido, también conocido como “Blended Learning” o “b-learning”, no es algo nuevo. Fue propuesto en Estados Unidos, desde 1990, para innovar las opciones de enseñanza en la educación básica, no obstante sus características de poder generar un ambiente semipresencial o combinado, lo hacen aplicable a todos los niveles de educación, ya que permite aprovechar el potencial que representa el uso del internet, y la oportunidad de desarrollar estrategias de atención personalizada para cada estudiante, de acuerdo a sus intereses y sus ritmos de aprendizaje.

Para el docente, debe de representar no una dificultad ni un reto, debe de representar el descubrir y conocer nuevas herramientas digitales e innovadoras formas de trabajo docente, centrado en el aprendizaje del estudiante y en actividades que fomenten la práctica de competencias profesionales, que harán más atractiva la comunicación y colaboración entre profesor y estudiante. En el modelo híbrido, el aula, el taller, el laboratorio, la biblioteca, se consideran una opción más dentro del proceso de aprendizaje.

Para el estudiante, representa la oportunidad de aprender aún más de lo que se programa dentro del aula en la modalidad presencial, ya que la educación no presencial permite, que a través de los recursos de aprendizaje disponibles en las múltiples plataformas de internet, se amplie el conocimiento, se forme y consolide la disciplina del aprendizaje autónomo de forma permanente, se experimente la responsabilidad de organizar el tiempo de trabajo y desarrollo de otras actividades que fomenten la investigación, la creatividad y la innovación.